domingo, 9 de junio de 2013

Besos y locura en la misma lente. Reportaje períodistico.



Besos y demencia tras la misma lente







En los años 30, el fotógrafo Alfred Eisenstaedt realizó para la revista LIFE numerosas fotografías de enfermos mentales en distintos psiquiátricos norteamericanos.

Alfred Eisenstaedt  -autor de la célebre fotografía, The Kiss,  en la que un marinero besa a una enfermera para celebrar la rendición de Japón en la II Guerra Mundial- recogió con su cámara imágenes realistas y muy impactantes acerca de cómo era la vida cotidiana de estos enfermos. Estas personas, hacinadas en grandes edificaciones, eran sometidas contra su voluntad a las terapias de moda de aquella época (lobotomías, coma insulínico...) y, aunque algunas mejoraban (por ejemplo, el electroshock era eficaz en ciertos casos), muchas sufrían daños profundos e irreparables.





1936. Enfermos mentales del Pilgrim State Hospital. Fotografías de Alfred Eisenstaedt

Uno de los psiquiátricos que visitó Eisenstaedt fue el Pilgrim State Hospital, construido de 1930 a 1941. Fue creado para albergar a 12.500 pacientes pero, durante algún tiempo, su población ascendió a 16.000, y llegó a convertirse en el asilo para dementes más grande del mundo.


1936. Pilgrim State Hospital. Fotografía de Alfred Eisenstaedt


Entre los tratamientos que se empleaban en Pilgrim State Hospital se encontraban peligrosas terapias de choque, que podían tener cierto grado de eficacia pero que suponían un enorme riesgo para la salud e, incluso, la vida del paciente. Por ejemplo, se empleaba la terapia del coma insulínico o cura de Sakel (descubierto por Manfred Sakel fortuitamente en 1933). Consistía en administrar insulina hasta lograr el coma hipoglucémico. Los pacientes debían permanecer en este coma de 15 a 60 minutos. Esta terapia, que solía durar unos sesenta días, generalmente se empleaba para el tratamiento de la esquizofrenia. El coma insulínico se introdujo en el hospitalPilgrim a partir de 1936.



Enfermo con camisa de fuerza en el Insane Asylum Brentwood. Fotografía de Alfred Eisenstaedt

También se aplicaba la tonoclonoterapia cardiozólica para la esquizofrenia. Consistía en inyectar un medicamento llamado Cardiazol, que ocasionaba terribles convulsiones.



Enferma en el Insane Asylum Brentwood. Fotografía de Alfred Eisenstaedt



Impactante imagen de una joven con una camisa de fuerza

Con el tiempo, el electroshock reemplazó al cardiozol. Las corrientes eléctricas fueron utilizadas sobre todo para tratar  a los esquizofrénicos con delirios o alucinaciones y a los enfermos con depresiones muy graves. A partir de 1940 el hospital comenzó a emplear este tratamiento, que en aquellos tiempos se realizaba sin anestesia.

Desde el año 1946 empezaron también a practicarse lobotomías, que fueron muy numerosas en la década de los 50. Miles de personas fueron objeto de esta terrible intervención quirúrgica en elPilgrim State Hospital.


1936. Preparándose para una intervención quirúrgica en el Pilgrim State Hospital. Fotografía de Alfred Eisenstaedt

Otro angustioso tratamiento era la hidroterapia, que comenzó a utilizarse en los hospitales psiquiátricos a partir del 1900. La técnica consistía en sumergir en una bañera llena de agua al paciente para lograr que se relajase si estaba agitado o para aliviarle alguna dolencia física. El enfermo podía pasar allí desde unas pocas horas hasta toda la noche.



1936. Enfermas mentales sometidas a hidroterapia en el Pilgrim State Hospital. Fotografías de Alfred Eisenstaedt



El paciente se colocaba dentro de la bañera con agua tibia o caliente. El agua constantemente estaba circulando, entraba por los lados de la bañera y salía por el desagüe. La temperatura era regulada por una enfermera, que también atendía las necesidades que tuviese el enfermo. Unas lonas cubrían completamente la parte superior de la bañera, salvo una pequeña abertura, por la que sobresalía la cabeza del paciente.




1936. Enfermas del Pilgrim State Hospital siendo alimentadas por enfermeras

Las lonas tenían diferentes finalidades: servían para mantener constante la temperatura del agua, como superficie para depositar las bandejas con los alimentos y como modo de controlar a los pacientes violentos (evitándose así el uso de la camisa de fuerza).




A algunos enfermos les permitían sacar los brazos y comer por sí mismos y a otros no

A medida que fue incrementándose el número de pacientes en los psiquiátricos, este tipo de tratamiento, que requería numeroso personal capacitado, fue cayendo en desuso. Muchas salas de hidroterapia dejaron de utilizarse durante los años 40 y 50.

El electroshock se sigue practicando en el siglo XXI. En 2005, la Organización Mundial de la Salud estableció que sólo podría administrase tras obtener el consentimiento del paciente. No obstante, en algunos países, como Estados Unidos, una orden judicial, tras una audiencia formal, permite que un paciente pueda ser obligado a someterse a electroshock.

10 comentarios:

  1. Espeluznante la forma de tratar a estos enfermos.

    Aunque para la época seguro que pensaban que los trataban humanitariamente. Lo que me hace plantearme es, dentro de 50 años como nos mirarán y pensarán de la forma de tratar a nuestros enfermos, administrándole la batería de medicamentos que se usa hoy día, con la multitud de efectos secundarios que tienen.

    La medicina siempre ha sido más ensayo y error que otra cosa, con el inconveniente de que se trata con seres humanos.

    Hoy en día todavía se hacen verdaderas burradas en ciertos aspectos de la medicina. En algunos aspectos hemos avanzado mucho, pero en otros.... Y no dejo de reconocer que la mayoría estamos vivos gracias a la medicina moderna, con una simple apendicitis antes te morías.

    En fin, un buen artículo y una mirada retrospectiva a nuestro oscuro pasado. Y por supuesto, una selección de fotos buenísimas.

    Un saludo.

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  2. Las fotos son realmente impactantes; las miradas, las actitudes frente a la cámara de "enfermos", y "cuerdos", denotan distintas maneras de entender el mundo.Eisenstaedt pudo captar momentos increíbles.
    Excelente trabajo y blog lo visito cada vez que se actualiza.

    Saludos.

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  3. Los psiquiátricos me dan escalofríos y más aún éste. ¡Dios mío, 16.000 personas! Seguro que muchas tenían enfermedades cerebrales, pero otras seguramente estaban allí por otros motivos... De la cordura a la locura hay un paso y a veces las experiencias vividas dejan a la gente muy mal... Lo que menos te hace falta en esos casos es que te encierren en un edificio en esas condiciones.

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  4. Interesantísimo artículo, enhorabuena. Las fotos la verdad es que sobrecogen, y sólo pensar en las intervenciones para hacer lobotomías se me ponen los pelos de punta.

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  5. interesante y t deja pensando, no puedo evitar ver las fotos y querer saber la historia de cada uno, por qué están ahi... tristemente aún hay tratos inhumanos en algunos hospitales psiquiatricos, verdaderas historias de terror

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  6. Turbadoras imágenes. Solemos mirar para otro lado cuando nos enfrentamos con el entorno de la salud mental grave. Somos sensibles a la miseria, las guerras, la hambruna, pero el submundo de los hospitales psiquiátricos es algo tabú. Y más en la época de las tremendas fotos que mostráis. Increíble artículo, habéis removido conciencias.

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  7. Hubo un tiempo en el que los psiquiatricos me interesaban mucho y leí sobre ellos. La verdad es que aún se sigue tratando a los enfermos mentales con métodos ancestrales, que realmente no hacen más que dañarlos aún más...y ni que decir tiene, cuando...en aquella época se llamaba "enfermedad mental" a un tipo de comportamiento. Cuantas personas se las trataba de enfermas sin estarlo!!! Increible y espeluznante!!
    Leíste "Los renglones torcidos de Dios"?? Yo hace mucho y aunque es menos espeluznante que esto que nos cuentas (mucho menos), me lo ha recordado.

    De todos modos, hoy día...hay ausencia de psiquiátricos...y creo que deberían de existir, dado que por culpa de la vida acual, las drogas, y etc...sería necesario crear más residencias donde poder derivar a personas así. En mi trabajo, a veces lo echamos en falta.

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  8. Al igual que inquisidor, yo pienso que en el futuro se nos mirará de manera extraña por nuestros actos para con estas personas (al igual que hoy lo hacemos nosotros mismos), pero... Por desgracia, al ser tan poca gente, no nos va a importar un pimiento lo que se les haga (no, no es una critica, es la verdad, o acaso alguien se preocupa día a día de lo que les pueda pasar?).

    Así que mientras los "humanos civilizados" tenemos buenos tratamientos médicos y demases, no hay que olvidarse de ellos, los "repudiados" de la sociedad, que son los que realmente se tragan la mayoría de nuestros males.

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  9. Como inquilino de diferentes 'hotelitos psicotrópicos' en Madrid, yo te saludo y te doy la enhorabuena por tu trabajo. Me ha gustado.

    See you.

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  10. Acabo de descubrir vuestro blog y me tiene totalmente "enganchada". Lo he recomendado a mis amigos, me parece extraordinario.
    En cuanto al tema de los prisquiátricos, deciros que mi padre fue enfermero en varios de ellos durante los años 50, en España. Cuenta cosas que ahora nos parecen tremendas pero, también, habla con cariño de los pacientes. No todos tenían la misma patología y abarcaban desde los melancólicos o depresivos, que eran inofensivos hasta las esquizofrenias delirantes, con los que había que guardar ciertas precauciones. Mi padre cuenta, y es escalofriante, cómo hasta en los casos más recalcitrantes, el enfermo tenía instantes de lucidez, de terrible y dolorosa lucidez, en que era consciente de lo que estaba pasando y de dónde estaba.
    Mi padre estaba especializado en atender a los pacientes con ataques graves, que les dejnban rígidos los músculos y a los que en ocasiones se les descolocaba la mandíbula o corrían el peligro de tragarse la lengua. MI padre, que era fuerte y entendía de huesos y músculos, evitaba que se hicieran daño.
    Bueno, no me explayo más, que habría demasiado que contar y el blog es vuestro.

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