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Eureka, ghost town.
Volvemos hoy a pasear por el árido oeste americano en busca de algún pueblo abandonado. Caminando por la estatal 6, en Utah, nos topamos con Eureka, una población que llegó a estar entre las diez más grandes del estado y que hoy languidece olvidada y reseca, custodiando las viejas minas que un día fueron fuente de su esplendor.Eureka forma parte del distrito minero de Tintic, está a unas setenta millas al suroeste de Salt Lake City, en el condado de Juab, Utah. En 1869 se encuentran minas de oro y plata en la zona y se levanta el primer campamento minero que en 1899 se convierte en población. A principios del siglo XX Eureka alcanza su máximo apogeo convirtiéndose, con cuatro explotaciones mineras, en el centro financiero de la zona. En 1920, con casi 4000 habitantes, el pueblo disfruta de todos los lujos de la prosperidad minera; una escuela, tiendas, salones, bares, un palacio de justicia, varias iglesias e incluso dos líneas de ferrocarril, la de la Union Pacific (1889) y la Denver Rio Grande Western (1891).