The End
En los años veinte del siglo pasado el cine comenzó
a abrirse hueco en las grandes ciudades americanas, muchos teatros
modificaron sus carteleras para comenzar a proyectar las primeras
producciones en blanco y negro y muchos edificios se construyeron para
albergar fantásticos y monumentales cines. Este es el caso del edificio
que os muestro hoy, el United Artists Theater (Teatro de la unión de
artistas). El nombre se debe a sus creadores, una asociación de artistas
relacionados con el mundo del cine en la que se encontraban nombres
como Maria Pickford, Douglas Fairbanks y Charlie Chaplin, entre otros.
Este fue el “Palacio de la película” (como se
denominaba en aquellos tiempos) número 17 de esta asociación y la
construcción fue llevada a cabo por el arquitecto C.Howard Crane, que ya
se había hecho cargo de proyectos similares en Los Ángeles y Chicago.
El edificio se construyó en la calle Bagley, en el
centro de Detroit, junto al Parque del Gran Circo, donde se concentraba
toda la oferta cultural de la ciudad. Howard optó por un estilo atrevido
en aquella época realizando una extraña mezcla de arte gótico español,
con altos techos y paredes recubiertas con grandes espejos. Dos amplios
vestíbulos repletos de ornamentos y figuras indias daban la bienvenida a
la enorme sala abovedada, con capacidad para 2070 butacas. Para
rentabilizar más el proyecto, sobre el Teatro se construyó un edificio
de oficinas de 13 plantas. Sobre la enorme marquesina de luces de neón
del teatro, una planta de elegantes arcos separaba a este de las
oficinas comerciales.
El 3 de Febrero de 1928, el United Artists Theater
abrió por primera vez sus puertas con la proyección de la película Sadie
Thompson, protagonizada por Gloria Swanson. El teatro funcionó a pleno
rendimiento hasta finales de los años sesenta, cuando la industria del
cine sufrió una gran crisis. En 1971 cerró sus puertas por no ser ya
rentable y en 1975, la gran mayoría de accesorios de su interior se
vendieron en subasta a las galerías DuMouchelle.
La orquesta sinfónica de Detroit lo utilizó para
sus grabaciones por la excelente acústica que tenía hasta finales del
año 1984. Durante este periodo, desde el 70 al 84, el edificio superior
de oficinas, tras varias remodelaciones, continuó funcionando. Pero a
mediados de los ochenta, la gran mayoría de empresas desplazaron sus
oficinas hacia los suburbios de la ciudad y el edificio completo quedó
cerrado. A principios de los noventa, zonas parciales del teatro y de
las oficinas se remodelaron para albergar clubes nocturnos y discotecas,
pero estas tampoco duraron demasiado y en 1997 el último negocio
cerraría sus puertas para siempre. A partir de esto, el abandono ha sido
total. Todos los materiales de valor han sido desguazados y pese a que
el edificio ha pasado por varios propietarios diferentes, ninguno ha
hecho ninguna inversión y lo más probable es que sea demolido.
Magnífico reportaje, que a los amantes del cine clásico nos hubiera gustado vivir en nuestra propia piel.
ResponderEliminarGracias Jess. Me hace más ilusión la publicación de tus trabajos que la llegada de los reyes magos. ;).